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¿Quién narices me va a pagar a mi?

6 min de lectura

Tengo la suerte de estar rodeado de gente que tiene mucho talento en mi día a día.

Desde gente que ha vendido varias Startups por una cantidad impresionante de €, a gente que me inspira día a día con los proyectos que crea o su forma de ser.

Sin embargo, hay algo que todas estas personas tienen en común y que todos compartimos en algún punto de nuestras vidas.

Tendemos a infravalorar nuestro conocimiento.

Todo lo que nosotros ya sabemos nos parece fácil, obvio y que todo el mundo ya lo debería conocer.

En mi caso, pasó con Airtable.

Déjame que te dé un poco de contexto:

Con mi amigo Xoán, en 2018 lanzamos ClickGalicia, una comunidad de fotógrafos en Galicia. El proyecto como tal no acabó de despegar, pero se creó una comunidad muy interesante y aprendimos muchísimo.

Para gestionar las publicaciones del Instagram, Xoán me enseñó una herramienta que se llamaba Airtable, donde con un par de campos y automatizaciones nos ahorrábamos decenas de horas y gestionábamos el calendario editorial de la cuenta.

A partir de ahí empecé a utilizarla en mi día a día en ABANCA. Desde listas de Startups con las que nos reuníamos a auténticos gestores de eventos. ¡Hasta el calendario editorial lo tenía ahí!

Para mí, era algo sencillo.

Sin embargo, cada vez que se lo enseñaba a alguien me decía: ¿Qué es eso? ¿Para qué lo utilizas?¿Por qué no utilizas Google Sheets?

Yo pensaba que todo el mundo conocía Airtable y que lo que yo sabía no era mucho más que lo que cualquier otra persona que le dedicara un par de horas podría saber.

Sin embargo, en la pandemia me di cuenta de que no. Que era una herramienta desconocida y que muchísima gente no sabía utilizarla tan bien como yo.

A base de enseñarle a amigos y conocidos las cosas que montaba, veía que era algo que les quedaba realmente lejano. Y que las cosas que a mi me parecían sencillas - para otra gente, incluso usuarios de Airtable le parecían cosas lejanas.

Ahí tuve mi primer momento de decirme: ¡Aquí hay algo!

Y como me gusta trastear con herramientas y de aquellas estaba ayudando a una amiga a montar su academia online, decidí montar la mía. Precisamente sobre Airtable, contando cómo la utilizaba yo en ABANCA para gestionar un calendario editorial y un par de cositas más.

En un par de días monté la landing, la plataforma de cursos y estaba listo para lanzar. (Como hice esto, te lo contaré en el capítulo 6).

Para mi sorpresa, se confirmó que había interés. Más de 30 personas se inscribieron el primer día.

Sin embargo, seguía en mi cabeza el pensamiento clave que me ha acompañado durante estos años:

“No validas nada, hasta que consigues tu primer euro”

Así que decidí lanzarme. Y crear un curso avanzado en pre-venta.

Me parecía en ese momento una locura que alguien fuera a pagar un solo euro por ello. Pero me decidí a intentarlo.

Mandé un email anunciando que podían apuntarse a este curso por sólo 5€.

Todo gracias a Xoán que me dijo que ya que cobraba 1, que era lo mismo cobrar 5. (¡Gracias!)

Y en un solo día, vendí 10 cursos a 5€. Al final de la semana, había facturado mis primeros 200€.

Y me di cuenta de que podía ganar dinero gracias a lo que yo sabía. Y es una sensación indescriptible.

Un cambio de chip dentro de tu cabeza que te abre puertas a un mundo nuevo lleno de posibilidades.

Sin embargo, nada de esto hubiera pasado si no me hubiera atrevido a lanzar.

Así que te voy a ayudar a superar tu síndrome del impostor (o impostora) para lanzar tu proyecto al mundo.

Capítulo 2

Superando el síndrome del impostor

Lanza tu proyecto al mundo sin frenarte por miedos invisibles a no ser capaz. Supera esa vocecita en tu cabeza que te incita a que no hagas nada.

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