Capítulo 4: Encuentra problemas, no soluciones
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Cuando pensamos en proyectos, emprender, o en general en el mundo startup, solemos pensar en soluciones.
Sin embargo, si una idea tiene sentido es porque le resuelve un problema a alguien.
El mundo está lleno de productos preciosos, que tenían sentido en la cabeza de su creador/a pero que nadie utiliza, porque no es algo que realmente sea un problema en el día a día de las personas.
Así que en este capítulo nos vamos a centrar en cómo encontrar problemas que merezcan la pena resolver.
¿Cómo encontrar problemas que merezca la pena resolver?
Estamos en la primera fase del método del Design Thinking. Empatizar.
En esta fase lo que tenemos que encontrar es a alguien que tenga un problema y tratar de aprender lo máximo posible acerca de cómo es ese problema para esa persona.
Y esto puede venir de muchas maneras distintas:
En tu día a día en el trabajo: Descubres que hay algo que se podría hacer mejor y que nadie lo está haciendo o no hay una herramienta que te ayude.
Con tus amigos: Tomando unas cañas con ellos, te cuentan acerca de los problemas que tienen para por ejemplo, hacer un planning para las comidas semanales, comer sano o encontrar ejercicios que les sirvan.
Tú mismo/a: No hay mejor manera de acercarte a problemas que merezca la pena resolver que buscar aquellas cosas que te pasan en tu día a día y que te gustaría que fueran mejores.
Para mi, no hay ejemplo más claro de problema que tienes tu mismo/a que Bosco Soler con SinOficina.
Por si no conoces el proyecto, es un Coworking online, en el que más de 700 personas pagamos 179€ al año para pertenecer a su comunidad, en la que encontrarás gente con intereses compartidos, clubes y reuniones y mucho contenido de valor como formaciones, talleres o incluso experiencias como los colivings.
Y este proyecto nace de una necesidad de Bosco.
Él había estado viviendo en Madrid, pero decidió volverse a su Murcia natal y se dio cuenta de que no había tanta gente que fuera nómada digital o freelance en esa zona. Con lo cual era mucho más difícil llevar el día a día, sin conectar con gente que comparta intereses o pudiendo resolver problemas o dudas que le surgieran en el día a día.
Así que decidió coger la esencia del coworking físico y llevarlo al mundo digital a través de una comunidad en Slack, a la que accedías con una suscripción.
Lo bueno es que como Bosco, había más gente que tenía el mismo problema, que decidió apuntarse a esas fases iniciales del proyecto, validando que tiene sentido y que había más gente como él, con el mismo problema.
Por eso una de las mejores maneras es preguntarte:
¿Qué me gustaría que fuera diferente en mi vida? ¿Qué problemas tengo en mi día a día?
De ahí, estoy seguro de que te surgirán un montón de ideas, pero puede que no, así que ¿cómo se hace cuando no se te ocurre un problema tuyo?
Encontrando problemas: Entrevistando a gente
La mejor manera de encontrar problemas es escuchar.
La gente está constantemente contándote las cosas que podrían ir mejor en su vida. Ya sea a nivel personal o con las aplicaciones que usan para gestionar su conocimiento, o para encontrar un restaurante cuando van de viaje que les pueda gustar.
Por lo que siguiendo con el punto anterior, la siguiente mejor manera de encontrar un problema que merezca la pena resolver es escuchar a tu gente cercana y ver si tienen algún problema que pueda ser interesante.
Especialmente relevante es ver tus hobbys y aficiones y buscar oportunidades ahí.
Por ejemplo, si eres un aficionado a salir a andar en bicicleta, estoy seguro de que escuchando a tus compañeros de grupeta podrás encontrar muchos problemas a resolver, desde la prueba de material nuevo, a como alquilar algo específico que solo van a usar una vez, el envío a distintos países…
O puede que te inicies en un hobby, como yo a la hora de pintar Warhammer y que no encuentres contenido de calidad en español que te ayude a dar los primeros pasos en este mundo.
En las aficiones, hobbys y comunidades existe una gran oportunidad de encontrarte con un problema si sabes escuchar bien.
Y no hay mejor herramienta para escuchar bien que una entrevista.
Cuando hablamos en el mundo del Design Thinking más corporativo de esta entrevista, hablamos de algo formal y preparado, en el que sientas a una persona que crees que puede tener un problema en el ámbito que buscas y le haces una serie de preguntas en un tiempo X.
En mi experiencia funciona mucho mejor la entrevista en la que la persona no es consciente de que está siendo entrevistada.
Así que te voy a dar unos consejos para hacer entrevistas efectivas, sin que sea algo forzado.
Entrevistas efectivas: Los 5 por qué
Los niños pequeños son uno de los mejores entrevistadores del mundo.
Y es que en su curiosidad infinita están constantemente preguntándose el por qué de las cosas una y otra vez hasta que sucede uno de los siguientes dos escenarios:
El niño se queda contento con la respuesta que le has dado (Cosa que raramente pasa)
Te hartas y dices: ¡Porque lo digo yo y esto es así!
Bromas apartes, encuentro en esa curiosidad genuina un potencial tremendo para aplicarlo a nuestro día a día.
Esto viene del método Lean. Que me lo enseñaron en la carrera y se llama la técnica de los 5 Por qué.
Cuando te encuentres un problema, un fallo, debes siempre preguntar ¿Y por qué ha pasado esto?
Esto te llevará a una respuesta, pero cuando la tengas, vuelve a preguntarte ¿Y por qué ha sido así?
Así de manera sucesiva hasta que llegues a una conclusión, que seguro será mucho más profunda y real de lo que la primera respuesta te hubiera dado. Quedarse en la superficie, en esa primera pregunta, normalmente nos llevará a conclusiones erróneas.
Vamos a verlo con un ejemplo ficticio:
Persona A: ¡No me da la vida para hacer ejercicio! Me encantaría poder salir a correr todas las semanas.
Persona B: ¿Y por qué no puedes?
Persona A: Porque en mi trabajo son muy exigentes y acabo reventado al final del día. No tengo ganas de nada.
Persona B: ¿Y por qué no tienes ganas de nada al acabar tu día?
Persona A: Porque siempre hay tareas por hacer y cuando me doy cuenta, ya es demasiado tarde.
Persona B: ¿Y por qué no te das cuenta de la hora que es?
Persona A: Porque la verdad, voy haciendo tareas y tareas y atendiendo a las peticiones que me llegan y siempre acabo dejando de lado mis propias necesidades.
Persona B: ¿Y por qué dejas de lado tus necesidades tan a menudo?
Persona A: Porque no planifico mi ejercicio. Creo que tengo que ponerme más firme y ponerme un horario para salir a correr. ¡Quizá hasta me apunte a un gimnasio!
Esto es solo un ejemplo ficticio, pero podemos ver que si nos hubiéramos quedado en la primera pregunta, nos habríamos quedado con la sensación de que esta persona no hace ejercicio porque tiene demasiado trabajo, cuando en realidad es un problema de prioridades y de organización, para el cual la solución es completamente distinta a la que podríamos haber llegado.
Te recomiendo que hagas este ejercicio cada vez que te encuentres en una conversación sobre un tema que sea especialmente doloroso para tu interlocutor, es una auténtica maravilla ver como evoluciona la argumentación y las contestaciones.,
También te digo, hay que saber cuándo parar, para no ser un auténtico pesado y que se harten de ti, contestándote como lo harían a ese niño pequeño.
Escoge un problema a resolver
O bien porque tengas algo directamente identificado en tu vida, o porque hayas utilizado la técnica de las entrevistas para encontrar problemas de usuarios, estarás ahora en la situación perfecta para continuar y encontrar el problema que merece la pena resolver.
Una vez que hayas encontrado algún problema o un área de interés es el momento de que nos pongamos a pensar (ahora sí) en posibles soluciones.
Aquí es donde llega la fase de la ideación.
Capítulo 5